Conceptualmente, la iluminación se declina como un gradiente desde las zonas de mayor transito colindantes con la ciudad mas iluminadas, hasta las zonas cercanas al lecho del río mas naturales en las cuales no se contempla iluminación eléctrica para el cuidado de la biodiversidad.
Los arquitectos crearon espacios de actividad nocturna en los cuales la iluminación se integra en los elementos arquitectónicos.
El proyecto cumple los requerimientos del decreto 43 sobre contaminación lumínica para la protección de los cielos y la biodiversidad, evitando emisiones en el hemisferio superior.
Adicionalmente se iluminan solo las zonas que realmente los necesitan y se reincorpora la oscuridad en los corredores de biodiversidad.